Une vision subjective...
Sentada en un pequeño rincón del "Café des Deux Moulins", estoy disfrutando de un pequeño respiro mientras mis oídos, abrumados, escuchan "La vie en rose" de Édith Piaf. Parece como si de repente, Amélie Poulain me hubiese venido a servir el café que estoy desgustando y que la que denominaban "le malade imaginaire" (el efermo imaginario) estuviese aún detrás de la barra de aquel bar que sirvió para el rodaje de la película de Jean Pierre Jeunet. Y es que, me siento como la protagonista del filme: joven, tímida y con un gusto particular por los pequeños placeres que nos brinda la vida.
Acabo de visitar uno de mis lugares preferidos de París como es "la Place du Tertre" situada cerca de la "Basílica del Sacré Coeur". Y es que, aunque es un lugar de pequeñas dimensiones, el arte inunda todo el ambiente. Desde los pequeños hasta los mayores sienten atracción por la pintura que allí se muestra. Estamos en otra realidad, aquella en la que los pintores deleitan a los transeúntes con aquello que mejor saben hacer: las obras de arte que nuestros ojos degustan como si de un delicioso manjar se tratase
Mi imaginación continúa viajando bajo el manto de belleza que cubre esta gran ciudad. París tiene la peculiaridad de ser distinta cada vez que se visita. Me explico. Cada vez que vuelvo a pisar suelo parisino, descubro cosas que antes no había visto. Es como si sus multiples caras se fuesen mostrando tímidamente lo que hace todo visitante decida volver en poco tiempo.
Continuemos nuestro recorrido. Me viene ahora en mente lo que nos contaron en el Liceo acerca de la exposición universal de 1889 en la que se diseñó uno de los monumentos más emblématicos de esta ciudad. Recuerdo que nos dijeron que los artistas de la época se monstraron reacios acerca de la Torre Eiffel y que no comprendían como un monstruo de acero podría ocupar el corazón de su ciudad. Pero, como se suele decir, el tiempo fue la solución y ahora, como vemos, es uno de los monumentos más visitados.
¿Que sería de París sin su famosa Torre Eiffel? ¿Que sería de nuestras instantáneas tomadas desde "Trocadéro" sin su presencia? No quiero pensarlo, pero seguro que tendrían un aspecto más amargo.
Son las cuatro de la tarde de un domingo y como todos los días a estas horas imagino que las campanas de la catedral de "Notre Dame" estarán divirtiendo a las pequeñas gárgolas que la custodian. Inspiración que sirvió a Victor Hugo para la historia que muchos conocemos, esta catedral de estilo gótico situada en "Île de la Cité" es un lugar imprescindible que debemos visitar.
¿Pero qué sería de una ciudad sin un sustento que le de vida? Al igual que un corazón que es irrigado por la sangre que circula por las arterias, el Sena es el encargado de nutrir a esta maravillosa ciudad de belleza y vitalidad.
Termino mi pequeño placer y decido perderme entre la gente que circula por la calle. Sé que es díficil describir una ciudad con estas pequeñas líneas pero espero haberos dado una pequeña visión de lo que representa para mí esta ciudad. La siguiente entrada estará dedicada también a París, su gente y toda la cultura que lo rodea porque es una ciudad que nunca se olvida. ¡Hasta la próxima!
1 comentarios:
Ohhh, la la!!
Me encanta París, y me encanta Amélie Poulain :) :) :) :), no sé que tiene esa película, pero es mi favorita. Y que decir de París...me has hecho recordar mi viaje a esa ciudad.
¡La Torre Eiffel es increíble! Pero no sé, todo tiene un tono diferente en esa ciudad. Espero la otra entrada sobre París,¡eh!
Publicar un comentario